domingo, 21 de junio de 2015

La Estrategia Oculta (Elecciones Argentinas 2015)

Las elecciones presidenciales en Argentina para el año 2015 están cubiertas de intereses sectoriales y sumidas en estrategias políticas novedosas. Sectores representantes de la oligarquía heredada, operadores de intereses financieros multinacionales y demás prototipos de colaboradores bajo contrato inmoral, que no necesariamente ilegal, están representados en partidos políticos y fuerzas políticas avaladas legalmente. La novedad que ocurre en la presente elección se podría focalizar en las P.A.S.O. (Primarias abiertas simultáneas y obligatorias) y en las elecciones internas entre las distintas fuerzas de orden político aliadas en frentes que compiten por el voto de la ciudadanía argentina.


Las P.A.S.O. servirán de interna con el voto de personas registradas en el padrón electoral en las que cada uno podrá decidir el candidato de su agrado para que este logre ingresar en la elección principal donde competirá con las fuerzas políticas que disputan la presidencia de Argentina. Sin saltearse la posibilidad de elección de listas de candidatos al congreso nacional, la relevancia de la disputa por el poder ejecutivo nacional quedó resumida a la supremacía de la fuerza que mantiene el poder del gobierno nacional desde 2003 encuadrada en la fuerza política denominada Frente para la Victoria (FPV). Esta fuerza política está formada por varios sectores venidos de distintas fuentes ideológicas y de partidos políticos diversos, pero en su cúpula simplemente hay miembros del partido justicialista que se mantienen al frente de la organización de alianzas estratégicas que conforman el FPV. El llamado “peronismo” (o seguidores de Juan Domingo Perón) está al frente del FPV; aquellas personas que organizan la estrategia que definirá las elecciones 2015.


El resultado ya está definido, el FPV será el que gane la presidencia de la nación. Esto se puede razonar conociendo el panorama general de la economía y las decisiones políticas en Argentina. Aún así hay más en el fondo de los armados de listas de candidatos a presidente y vicepresidente; se puede resumir en la falta de fuerzas de oposición coherentes a estos tiempos y la definición de las internas en cada una de las fuerzas conformadas.

La lista única del FPV es sinónimo de victoria, valga la redundancia, simplemente porque no habrá interna y el caudal electoral les brindará una cantidad de votos suficientes para tener la mayoría absoluta por sobre el resto de las fuerzas. De ahí que es posible razonar que parte de los votos que tendría en el caso de haber cerrado las listas para conformar una interna, el FPV tendría aún mayor cantidad de votos pero disociados de un objetivo en común firme. La novedad estratégica se encuentra en este detalle básico; aquellos votos asegurados y en gran cantidad no necesariamente todos deben ser empleados en función de la lista del FPV, dejando un margen organizado de votos destinados a modificar los resultados de las internas de las fuerzas adversarias.


Así es, la estrategia que se venía consumando desde hace algunos años es la de definir tanto la elección presidencial sin chances de resultados espontáneos o inesperados en combinación con la posibilidad de condicionar las definiciones electorales de las fuerzas opositoras que venían confluyendo en una única alternativa, o en el caso actual, en algunas alternativas aliadas en internas presidenciales.

Entonces dirán, “¿qué podemos hacer para revertir esta tendencia?”, a lo que habría que decir que no hay nada que puedan hacer por las vías legales existentes para modificar el resultado. Es más, el posible resultado alterno que no está definido por mediciones de ningún tipo (al menos no oficiales), es que cualquier cosa podrá ocurrir con el caudal de votos destinados a las internas de las fuerzas aliadas que confrontan con el FPV porque hay quienes están dispuestos a modificar esos números y eso es lo que es imposible de definir con cualquier medición existente.


Mucha suerte a todos. Al ganador ya lo conocemos igual...