No se estarán votando figuras que representen minorías de
entre los millones de argentinos que vivimos con la esperanza de un futuro
digno, se elegirá si tendremos o no futuro digno.
El futuro que nos espera está fuertemente respaldado por el
gobierno nacional y ardientemente anhelado por el sector opositor al Estado
mayor. Véase como cada candidato de entre todas las listas, muestran apoyo al
progreso del aparato del Estado bajo la administración del Frente para la
Victoria; obviamente solo son los propios candidatos del FPV, porque el resto
de los candidatos de las campañas electorales son opositores y tienen fuertes críticas
destructivas con respecto a varias medidas implementadas hasta la fecha.
Ejemplos de candidatos con conocida posición política hay
algunos, de esos algunos hay nuevos intentos de incluir su participación en
esta carrera hacia las bancas del legislativo, y por sobre esos candidatos
opositores se encuentra erguido el proyecto nacional y popular que tanto les
aqueja y al cual batallarán hasta que caiga.
Sin embargo hay otras figuras no tan emblemáticas que son
igualmente condenables según sus intenciones electorales, aún cuando estas
intenciones no se vean claramente destructivas del aparato del Estado, proponen
un retroceso al desarrollo en pleno auge de nuestra nación.
Hay particularmente marcados ejemplos de propuestas que
aparentan un discurso aún más radical de confrontación con la política
implementada por la administración de Cristina Fernández de Kirchner. Estas
otras figuras son parte del bloque que pretende llevar nuevamente a la
Argentina a tiempos en los que la industria, la producción, el consumo y el
trabajo eran un privilegio de pocos, la era responsable de la miseria que
sufría el pueblo argentino. Estos candidatos forman una opción electoral, a la
par de los conocidos opositores, al pueblo sobreexigido por la falla mediática
tan clara en la mayoría de los formadores periodísticos de opinión popular.
Para dar un ejemplo de campaña política y de complicidad con
medios hegemónicos podemos ver a la señora Vilma Ripoll, candidata a diputada:
(Esta clase de ejemplos nos muestra como es tan difícil
catalogar a una persona de cómplice cuando obviamente tiene complicidad con la
autoridad que controla el lugar.)
Por hablar de ¡¡¡Vilma!!!: Candidata del proyecto “juntos
Podemos” 2013, eslogan utilizado actualmente en la campaña del partido
Propuesta Republicana (PRO), que a pesar de ser demandado por la señora Vilma
Ripoll de utilizar el nombre de su campaña, el eslogan está pensado por el grupo
hegemónico que domina a ambos partidos para facilitarle la distinción y la
atracción interrelacionada de los votantes (si ven “juntos podemos” del PRO se
asquean pero piensan en Vilma, ¿también viceversa podría ser?).
Para ampliar un poco esta idea del peligro para nuestra
democracia nacional, un compañero de la señora Vilma practica las mismas
tácticas ejerciendo fuero en plena legislatura:
(Alejandro Bodart, luego de ¡¡¡Vilma!!!, presenta su
candidatura 2013 haciendo pedido de “autocrítica” al Frente para la Victoria.)
No hay mucho para decir de este último ejemplo, claramente
es un sketch creado por uno de los peores guionistas que asesoran a la campaña
de desprestigio al gobierno nacional, siendo tan predecible que se asemeja al
actual guión de la producción de Jorge Lanata.
Son chicanas malintencionadas que proponen al pueblo tanto
despreciar a la política actual implementada por la administración del Estado
como la de atraer burdamente a mentes sin rumbo estable de entre la población
argentina.
Por muchas de estas razones, hay que entender que estas
elecciones no son un juego divertido para nadie, se está jugando el futuro de
Argentina como la conocemos hoy.
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