viernes, 3 de mayo de 2013

Vistiendo el atuendo del demonio.

Seres de nula empatía, ajenos a cualquier aprecio por la vida de las personas, marchan por nuestro mundo, destruyéndolo, pisoteando el compromiso de la humanidad con la tierra, devastando nuestras vidas con actos de indiferencia criminal.
Impunes caminan entre nosotros, tal como otra persona más, salen a la luz por propio descuido para luego mostrarse totalmente ajenos a cualquier emoción humana.

No podemos permitir que estos demonios nos califiquen de culpables por sus actos endemoniados, no debemos escucharlos cuando nos señalan como responsables por el destino que ellos traman forjar con artimañas y metas diabólicas. Ellos seguirán existiendo, no podemos evitarlo, porque después de todo son seres humanos, desprovistos de sentimientos inocentes, pero humanos al fin. Debemos tacharlos como candidatos o ejemplo a seguir, condenarlos por sus actos viles para marcar un límite y prevenir sus actos dañinos y desenfrenados.

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