viernes, 7 de junio de 2013

El falso farsante. Interpretación libre sobre la mente de Jorge Ernesto Lanata.

El sistema de comunicación globalizado que se lo considera el cuarto poder, el periodismo, es un medio muy eficaz de culturización de la población que puede servir para los fines más diversos. Actualmente en Argentina la pauta que se remarca entre los trabajadores del periodismo es la de la libertad de expresión y la diversidad de pensamientos y posturas.

Desde aquellos tiempos en que la globalización comenzaba a ser una propuesta estratégica de persuasión en la población mundial el periodismo tomó protagonismo. Concretamente, el periodismo formado a partir de corporaciones hegemónicas dominaba y enfatizaba la capacidad de persuasión por medio de la información.
No es de desconocimiento público el hecho de la existencia de periódicos como “La Nación” que por más de un siglo se imprimieron comunicados partidarios de intereses de los sectores conservadores concentrados. Por lo tanto cualquier persona sabe que este diario apoyó todos los golpes de estado de 1930 a 1976.

Hipólito Yrigoyen, presidente de la nación argentina, fue depuesto por el primer golpe de estado de la época constitucional, apoyado por la gran prensa de las familias oligárquicas, el ejército y la oposición de las élites conservadoras. Juan Domingo Perón, que también participó en aquel golpe de estado por su carrera militar, murió antes de cumplir su mandato presidencial de 1973 a 1977, fue sucedido por su esposa María Estela Martínez pero esta fue derrocada el 24 de marzo de 1976 y sustituida por una junta militar.
De estos dos personajes se sabe mucha información pertinente a sus propias personas, vida privada, ideologías, hasta pensamiento mismo de sus capacidades mentales e instintivas.

No es suficiente con creer lo que se toma como información sino que deberíamos formarnos informativamente en base a nuestro propio pensamiento e instinto para interpretar la comunicación que imparten los medios, ya que hay verdad en cada palabra pero de quién viene cada palabra.

Jorge Lanata es un periodista por sobre otro oficio pero por sobre toda calificación es principalmente una persona. Su vida privada no es más privada que la de muchos conocidos de la farándula, por lo tanto se lo puede denominar con cierto criterio como una persona pública.
Podemos entonces entender que Jorge tiene un pensamiento propio, más allá de su carrera profesional, puede pensar y sentir como una persona. Más allá de lo que diga podemos entender que atrás de la actividad laboral que lleve es un ser humano que respira y sangra como cualquier otro.
Viéndolo en esta perspectiva, la creencia humana que puede llevar en lo profundo de su interior puede ser fruto de conflictos humanos entorno a su propia vida y existencia. Su ideología intelectual no necesariamente deba estar profundamente ligada con su sentimiento emocional y existencial.

¿Hacia dónde quiero ir? Tal como un policía que hace su carrera para ayudar a los ciudadanos debe en cierto caso disparar con su arma a un ser humano, como una persona que revuelve una bolsa de basura en busca de algo que le favorezca también tiene dignidad como cualquier otro. Jorge en su afán de informar sobre la corrupción del gobierno nacional argentino también está demostrando que todo el entorno detrás de la producción de la empresa que lo presenta está firmemente en contra de ese gobierno.

Lanata entonces, considerado la punta de la lanza de la oposición al gobierno, obtuvo el puesto mayor del grupo mediático por aclamación de este grupo y por propia voluntad. Muy distinta es la descripción de las intenciones del grupo mediático opositor al gobierno con respecto a la voluntad del propio Jorge, un misterio a resolverse solamente por la historia. ¿Querrá Jorge que esa punta de lanza esté cubierta con caucho?

Si pudiésemos entrar en los pensamientos de Jorge nos perderíamos en los laberintos confusos de las contradicciones y demás conflictos humanos concernientes.

Lo que podemos apreciar sin concentrarnos en el problema, enfocándonos en la persona, veríamos a alguien que presenta una postura conservadora oligárquica de tal manera que nos permite abrir los ojos ante tal injusticia intelectual, una persona como nosotros que tiene la posibilidad voluntaria de sacrificarse por el bien mayor, que sería desperdiciar su carrera, su integridad, su futuro en nuestra sociedad por el futuro de todos nosotros, que demostramos democráticamente por medio de la elección de nuestros representantes en el estado nacional argentino.


Jorge Lanata podrá ser visto como un héroe del sector dominante o como el demonio opositor golpista por las palabras que dice, pero en lo profundo de su ser estará por siempre el misterio de un quiebre emocional que solamente su alma sufrirá.

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